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El pasado sábado 5 de octubre se inauguró la exposición Diálogos silenciosos (*) de Ema Delgado Gastellussarry, en la Sala de Arte Carlos Federico Sáez, del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

Ese mediodía, entre el arte de Ema Delgado, los encuentros, los afectos y la música de Piazzolla interpretada por dos destacadas concertistas de la guitarra y el violín (Ana Inés Zeballos y Carolina Hasaj) podemos decir que se hizo la magia.

Quiero destacar la minuciosa labor de los encargados del espacio. Cada montaje es un desafío y el resultado está a la vista.

Nada es porque sí en la selección que se presenta. Y es el reflejo de lo que Ema viene expresando a través de su pintura, sus dibujos y ahora de las esculturas, a las que ella prefiere denominar «estructuras».

Diálogos silenciosos entre el hierro y la madera, entre el pasado y el presente, entre los óleos y los retratos, entre todos ellos y las estructuras. Diálogos silenciosos que Ema viene entablando con los materiales desde su niñez y con los seres a quienes elige retratar. La imagino sentada frente al caballete, con su libreta de bocetos, escuchando a Piazzolla, tal vez, y comenzando a delinear en el lienzo o en el papel una nueva obra. La imagino tocando las texturas de las maderas gastadas, sus hendiduras, sus huellas del tiempo y de sus circunstancias, tratando de volverlas a una nueva vida, ahora con algún color y una nueva forma.

La impronta constructivista late en toda esta exposición. Ema la incorporó desde niña en la primera generación del Taller de Dumas Oroño, en 1947, en San José, donde dibujó, pintó y supo posar como modelo para que otros artistas del mismo taller, como Hugo Nantes y Dante Cola, por nombrar algunos, practicaran el retrato de la figura humana. Con el pasar de los años, encontró su propio lenguaje, expresado en una particular paleta de colores que aplica tanto a sus pinturas como a sus estructuras.

Tenemos dos salas para recorrer: en la sala mayor nos encontramos con un gran sector de retratos. Músicos, poetas y escritores que marcaron el camino de Ema, de los que supo plasmar en lienzo o en papel algo de su esencia.

El sector central está dedicado al urbanismo. Un urbanismo muy ligado a los nadies, en quienes ha detenido su atención y a quienes visibiliza.

Finalizamos el recorrido de esta sala apreciando el clima marino-portuario, lugares de tantas bienvenidas y despedidas. Las «estructuras» participan de todos estos climas, aportando una estética que nos llena de preguntas si pensamos nuevamente en los diálogos silenciosos que mantienen los elementos que las componen y el destino y ubicación que les ha adjudicado la artista.

La segunda sala está dedicada exclusivamente a los boliches y al tango. Podremos imaginarnos a Eladia Blázquez que le susurra algo a Discépolo, mientras que Piazzolla toca en su bandoneón infinito los acordes de Adiós Nonino. Si nos concentramos, podremos imaginarnos el chasquido de los pocillos, el sonido de los tacos en la mesa de billar y el murmullo constante de los concurrentes del boliche.

 

CRISTINA LAMPARIELLO

Fotógrafa

(*) Exposición Diálogos silenciosos - Sala de Arte Carlos Federico Sáez - Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Rincón 575 P. B. La muestra podrá visitarse hasta el 7 de noviembre de 2024, de lunes a viernes de 9.15 a 16 horas)

Fotos: Cristina Lampariello