“Fricciones”, capítulo 15 de la serie MIS LIBROS, de Tomás Abraham
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Contenido de la edición 10.04.2023
Gombrowicz no está solo, me permití acompañarlo por los hermanos Singer como a la lengua polaca por el idish. Aira y Piglia son íconos de la crítica literaria acostumbrada a la beatificación. Artaud es un horizonte para quienes la suprema expresión del teatro es el grito y el cuerpo desnudo. Mi posición ante escritores y poetas convertidos en leyendas.
Desde el año 1978 al año 1984, escribí mis primeros textos. Gilles Deleuze fue mi guía. Sartre mi estimulante. Foucault mi maestro. Una tarde, el día en que Argentina ganó su primer Mundial, no se me ocurrió festejarlo. En un monoambiente, sin nadie, en un cuaderno, escribí mi primera palabra: tristeza, y lo que brotó fue un océano de palabras. Es posible que esté llegando a la otra orilla".