¿Qué es ser un humano?
Raúl G. Koffman
Contenido de la edición 25.10.2024
"Hay sobre la tierra tres únicas fuerzas capaces de someter para siempre la conciencia de esos seres débiles e indómitos -haciéndolos felices-: el milagro, el misterio y la autoridad".
Fiodor Dostoievsky
Puedo enumerar solo algunas características. Es tal la complejidad del tema, que intentar una definición resultaría siempre pobre e insuficiente. El secreto será cómo articularlas.
1. Es un animal, un ser biológico.
2. Nace con una prematuridad neurológica significativa, generadora de una máxima indefensión en el inicio de su vida.
3. Logró un desarrollo cerebral único. Lo psicológico, el pensamiento simbólico, el lenguaje articulado, el pensamiento religioso, la capacidad de planificar a largo plazo, producir arte y de generar conocimientos (la ciencia), se encuentran entre los logros más notorios.
4. Ya no tiene "predadores naturales". Su misma especie pasó a serlo.
5. Generó un gran poder destructivo y autodestructivo.
6. Tiene 3 amos: La Muerte, El Tiempo y El Imprevisto. Amos, porque no tiene poder sobre ellos.
7. Es el único animal consciente, desde temprana edad, de su propia finitud. Lo que lo transforma en un "animal enfermo de consciencia", generando fuertes sentimientos de insignificancia y fragilidad.
Condición natural e inevitable, que explica muchas de sus conductas. Por ejemplo, su soberbia, sus miedos, sus síntomas, ciertas relaciones de poder (acoso y bullying, por ejemplo), su creencia en superioridades (raciales, sexuales, religiosas, por ejemplo), su creencia en seres sobrenaturales, el hecho de descalificar y hasta torturar a otros con diferentes métodos.
Consciencia que puede convertirlos en animales narcisistas: egoísmos, soberbias, con una autorreferencialidad excesiva que los lleva a "creerse el centro", imprescindibles, hasta incuestionables, hasta a creerse que se les debe obediencia. Que podrían padecer por ello lo que podríamos llamar "trastornos narcisistas": sentido desmesurado de su propia importancia, creencias de valoraciones superlativas sobre sus propios éxitos y capacidades, necesidad de atención permanente y de admiración, carencia de empatía por los demás, explotación en las relaciones interpersonales y muy poca humildad. Un verdadero salto cualitativo de la insignificancia a la sobrevaloración.
La "enfermedad de la insignificancia", por suerte no ataca a todos los animales humanos de la misma manera a lo largo del planeta. Aunque sus síntomas son característicos, el problema suele estar en que los grandes sintomáticos son amantes del poder y hasta enfermos de poder. Los que muchas veces, toman las decisiones más importantes en las sociedades y definen el futuro del planeta mismo.
8. Autocentrados en exceso, sostienen que su cultura es superior a la de los otros. Que sus dioses son los únicos verdaderos. En la historia de las civilizaciones muchas creyeron ser "el ombligo del mundo" (el centro donde toda la creación comenzó). Y durante siglos creyeron que la Tierra era el centro alrededor del cual giraban los demás planetas y el Sol. Hasta sus conocimientos devienen antropocéntricos, por momentos. Una característica que la ciencia trata de desarticular. Pero esta consciencia de este animal enfermo suele ser resistente a la ciencia.
9. Claro predominio de la emocionalidad, la automaticidad y la imaginación en sus decisiones. Si bien se declara especie superior por su racionalidad, demostrado está que razona con sus emociones y hormonas. Su gran logro, la consciencia reflexiva, no le garantizó aquello de lo que se enorgullece.
10. Se desarrolla en la intersubjetividad. Es un animal social.
11. Es constructor de conocimientos. Es cuando utiliza la racionalidad como método, no como excusa para autojustificarse.
12. Vive en un mundo lingüístico con el que construye los significados y las valoraciones y arma sus narraciones.
13. Se construye histórica y culturalmente.
14. Es un gran constructor de culturas.
15. Oscila permanentemente entre la búsqueda de la autonomía y la dependencia de los otros, lo que da lugar a múltiples modos relacionales, algunos ciertamente conflictivos.
16. Es extremadamente frágil y nada quiere saber de ella. Pertenece a una especie frágil, que habita con otros millones de especies más, en un planeta ubicado en un desconocido e increíblemente destructivo espacio infinito. Habita en un granito de arena en un "infinito océano cósmico", decía Carl Sagan.
17. Es bifronte como el dios Jano (dios de los cambios y de las transiciones, de los comienzos y finales, que miraba con sus dos caras al este y al oeste). Como bifronte puede tanto amar como odiar; puede ser tanto conservador como innovador, puede construir como destruir, puede creer como razonar. Las dos corrientes coexisten en todas las personas en diferentes proporciones. La pureza no es un concepto que pertenece al mundo humano.
18. No puede no creer. Es más, está condenado a creer. Es un verdadero "credens". Cree a demanda, según necesidad. Cuando afirma que "no cree en nada", se refiere a su imposibilidad de creer de la manera que creía antes de sus dolorosas desilusiones.
Cree en lo creíble, en lo poco creíble y en lo increíble e imposible. A veces, cree y descree con facilidad, otras con gran dificultad. Dependerá de qué le suceda en su vida, de la década que esté atravesando y de sus recursos cognitivos.
19. Vive en-red-ado, en redes de creencias diversas y hasta contradictorias.
20. Puede autoengañarse. Esto es, contarse a sí mismo una historia "que le cierre" para no verse estúpido ante sí mismo. Nada nuevo, el viejo método de hacerse trampas en el solitario. Hasta confunde lo verosímil con lo verdadero. Y hasta en el último minuto de su vida humana con consciencia, continúa generando creencias.
21. Las creencias, lo hacen fácilmente manipulable. Historiadores y politólogos dan muchos ejemplos de cómo los animales humanos fueron conducidos a guerras, suicidios colectivos y exterminios masivos. Y los especialistas en Inteligencia Artificial darían ejemplos de que es posible tanto generar preferencias y promover conductas, como inhibirlas.
Tan manipulable que hasta está dispuestos a sacrificar su vida por causas que considera "nobles y justas". Siempre, por supuesto, si cree que "tiene la razón", si cree tener "La Verdad", hasta si cree ser "el elegido". Creer que se tiene la razón, significó para él que todo le estaba permitido. Como bien dijo Ernest Becker: "En el nombre del Bien se cometieron las peores atrocidades". Y creerse "el elegido" lo habilita para ejecutarlas.
22. Capacidad para ponerse en el lugar de los otros que comparte con otros mamíferos.
23. Capacidad para prever las intenciones de los otros y así anticiparse a sus reacciones (Teoría de la mente).
24. Capacidad para engañar/mentir (hasta sistemáticamente) y de autoengañarse.
25. Gran capacidad de adaptación a los entornos y de crear entornos artificiales.
26. Vive en conglomerados de millones de semejantes en ámbitos no naturales.
27. Capacidad para planificar a largo plazo y de prever escenarios futuros.
28. Capacidad de generar actos de crueldad por el solo placer de ver a otro sometido.
29. Capacidad de generar crueldades sobre el cuerpo de los otros y también crueldades extremadamente sutiles hasta imperceptibles.
30. Es un apasionado por el corrimiento de los límites, ese "siempre ir más allá", lo que lo enfrenta a la dimensión moral: a los "excesos" y las "transgresiones".
31. Desde que desarrolló su consciencia, cree que a su vida le falta la eternidad. En última instancia, le sobraría consciencia.
32. Es un gran buscador de los placeres y de la felicidad.
33. Algunos autores agregan que este animal es inevitablemente estúpido y que, en algunos casos, su estupidez es "incurable".
Es ciertamente difícil definir a este animal tan particular. Sobre todo, si al definirlo estamos frente a un espejo. Pero el intento, siempre vale la pena.
RAUL G. KOFFMAN
Psicólogo, ensayista e investigador (Argentina)
Imagen de portada: El falso espejo/René Magritte, 1928